Más de 30.000 personas refrendaron con sus aplausos el éxito alcanzado por la Selección Canaria Sub 12 femenina en el reciente Campeonato de España de Selecciones Territoriales disputado en la localidad de San Fernando de Maspalomas (San Bartololomé de Tirajana). Este sencillo, pero emotivo, homenaje se produjo en el transcurso del derbi canario entre la Unión Deportiva Las Palmas y el CD Tenerife, disputado el 10 de mayo de 2014 con lleno "hasta la bandera" en el Estadio de Gran Canaria; los amarillos ganaron (1-0) el enfrentamiento en los segundos finales de la contienda.
Trece de las catorce jugadoras de la Selección Canaria (formada por jugadoras de las islas de Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura) saltaron al césped del "Gran Canaria" en el descanso del encuentro, en unión de los cinco miembros del cuerpo técnico de la Selección Canaria (los dos seleccionadores, el preparador físico, el fisioterapeuta y el encargado de material), después de que 15 días antes inscribieran su nombre con letras de oro en la historia del fútbol español al levantar el voluminoso trofeo de campeonas de España de Territoriales tras vencer en la final al combinado regional de Valencia por (1-0), con gol de la grancanaria Sara.
Por cortesía de la Unión Deportiva Las Palmas, las jóvenes futbolistas vieron el partido desde una situación privilegiada, dos palcos de empresa que, paradójicamente, estaban situados en la parte superior del graderío que se reservó a los casi mil aficionados que se habían desplazado desde la isla de Tenerife. "Estamos encima de la afición del ´Tete´", dijo una de cuatro jugadoras tinerfeñas, con cara de emoción, cuando estuvo alojada en su asiento.
Mientras las tinerfeñas hacían piña y animaban a los blanquizales en cada una de sus jugadas de ataque, las de Gran Canaria y el resto de las islas orientales hacían lo propio cuando las oportunidades de gol estaban del lado amarillo. Mientras unas enarbolaban sus bufandas blanquiazules, las otras ondeaban al aire dos camisetas de la UD. Cuando el partido entraba en fases de aburrimiento, todas ellas no dudaban en tirar mano de sus teléfonos móviles y ponerse a "washapear" con sus amigos, adjuntándoles fotografías de la experiencia que estaban viviendo.
La fiesta de las gradas también se trasladó al palco de las seleccionadas, especialmente con los cánticos de las aficiones. "Me gusta cuando las dos aficiones comienzan a animar a sus equipos", sentenciaba la conejera Manuela, que fue la primera en pisar el césped del Insular portando el trofeo de plata concedido por la RFEF. Detrás suyo, y en rigurosa fila de a dos, y por orden de estatura, lo hicieron el resto de sus compañeras de formación, todas ellas vestidas con el chandal de la Federación Canaria y sin ningún objeto que pudiera identificarlas con uno u otro equipo.
Al llegar al centro del campo se alinearon frente a la afición y recibieron el caluroso aplauso del público por la gesta concedida; escoltándolas y animándolas, como había sucedido desde el primer encuentro del Campeonato de España de Selecciones, estaban sus técnicos, quienes no podían ocultar la sensación de emoción por el éxito conquistado. Su presencia en el césped concluyó cuando elevaron al aire el trofeo conquistado, mientras a través de la megafonía sonaban los acordes de la canción "We are the champions", interpretada por el legendario grupo británico "The Queens".
Las jugadoras canarias, que por seguridad habían abandonado el campo 15 minutos antes de la finalización del encuentro, vivieron de muy distinta manera el gol de la victoria amarilla. Las de Gran Canaria lo hicieron en el exterior del recinto de Siete Palmas acompañadas de sus familiares directos, que se habían desplazado hasta allí para llevarlas a casa; las del resto de las islas lo hicieron de camino a la guagua que les debía trasladar hasta el hotel. En los rostros de las tinerfeñas, tristeza y en el resto (la conejera y la majorera), alegría. Sentimientos contrapuestos que a los pocos minutos pasaron a formar parte de la historia en su memoria, como se demostró en el trayecto de regreso al hotel, en el que los temas de conversación fueron los propios de unas chiquillas de sólo 12 años y que ven el fútbol como una manera de disfrutar la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario