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Foto de @SindicatoArbitr |
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Tomás Armas |
Mi nombre es Tomás Armas. Soy Maestro, Entrenador Nacional de Fútbol y colaborador desde hace varios años en diferentes medios de comunicación. Desde mi modesto punto de vista, y basándome en mi experiencia, he llegado a la conclusión de que la violencia que se ha estado y se está generando en el fútbol, a todos los niveles, se ha cimentado sobre todo en las críticas, insultos, protestas, comentarios y opiniones que dirigimos a los Sres. Árbitros o Colegiados, desde todos los estamentos: aficionados, jugadores, entrenadores, directivos, medios de comunicación.
Porque es evidente que gestos como las agresiones o intentos de agresiones a árbitros o jugadores, no ayudan; o las protestas de los jugadores y entrenadores en los partidos, no ayudan; o los insultos e improperios de los aficionados dirigidos a los árbitros, no ayudan; o los comentarios u opiniones vertidos desde distintos medios de comunicación, corrigiendo o criticando decisiones arbitrales, no ayudan. Todo ello son actos que alimentan luego acciones totalmente indignantes y reprochables como las que se están sucediendo últimamente en muchos terrenos de juego.
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Foto de futbolbalear.com |
Entiendo, reitero que desde mi modesta opinión, que mientras que no nos mentalicemos todos de que los árbitros son una parte más del juego y que se van a equivocar, como lo hacen los jugadores al fallar pases u ocasiones de gol, o como lo hacen los entrenadores al tomar decisiones desde los banquillos, y que esas equivocaciones de los colegiados forman parte del normal desarrollo del juego, nos va a costar mucho erradicar la violencia del fútbol.
Y esta semilla debe ser plantada en lo más hondo del terreno, en el fútbol base o de iniciación. Y los sembradores deben ser, sobre todo, los entrenadores o formadores, y los padres, madres y familiares, que deben tratar de inculcarles a los niños que el objetivo principal del fútbol en esas categorías es disfrutar como futbolistas y como personas, por encima incluso de resultados, de aspiraciones, de ilusiones futuras. Porque debemos hacerles ver que los árbitros son unos compañeros más de este tan bonito deporte llamado fútbol, que han decidido elegir la práctica de esa modalidad deportiva llamada Árbitro de fútbol.
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Foto de El Heraldo de Soria |
Durante este curso escolar 2014-2015 se ha implantado en los centros de Infantil y Primaria una nueva área o asignatura denominada Educación Emocional. Dentro de las habilidades prácticas de la Educación o Inteligencia Emocional, se encuentra la Empatía, que es un poco, en líneas generales, el ponernos, desde el punto de vista de los sentimientos, en el lugar de los demás. A la hora de algún tipo de conflicto en el colegio, solemos decirle a los niños implicados que se pongan en el lugar del otro o de la otra.
Y a mí me gustaría realizar el mismo planteamiento para el caso de los Sres. Árbitros. ¿ No es posible concienciar a los niños para que, en el momento en el que el colegiado tome una decisión o pite una infracción, antes de protestar o criticar, se pongan en el lugar del árbitro y piensen que intentó tomar la más acertada, pero que también existe la posibilidad de que se pueda equivocar ?
Y este simple gesto, ¿ no lo podríamos llevar a cabo también la totalidad de jugadores, y entrenadores, y padres-madres-familiares, y aficionados, y directivos, y medios de comunicación ?
Entiendo que esta simple acción y el mentalizarnos y convencernos de que los árbitros van a intentar hacerlo siempre lo mejor posible, pero que también van a seguir equivocándose, puede ayudar mucho a la hora de erradicar la violencia en el fútbol.
Tomás Armas
Chapó con este comentario, espero que no se quede solo en esto y nos sumemos muchos de los que participamos semana a semana a esto del futbol. Indudablemente algo debe cambiar y somos todos los responsables de que se produzca este cambio o de que las cosas sigan igual o peor ya que creo que si no le ponemos freno a esto la cosa irá irremediablemente a peor. Muy acertada esta decisión de formar empáticamente a las nuevas generaciones ya que esta, la nuestra, carece precisamente de eso, de comprender al que tenemos enfrente, entender sus sentimientos, errores etc; mejor nos iría a todos si todos hiciéramos un esfuerzo en este sentido.
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